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domingo, 31 de julio de 2011

¿ Realidad .....o mentira?. Oh....ambas ?

Leyendas indígenas, una mirada sobre nuestra identidad.



las leyendas guardan una serie de saberes colectivos ancestrales que representan la variedad de pueblos que le han dado origen.
La leyenda es un relato que explica al pueblo las características del ambiente, el porqué de los nombres que designan aspectos particulares del paisaje y de las cosas, las causas que dan formas y condiciones a los animales, las plantas, la atmósfera de determinada zona y hasta de las estrellas y el universo. Se inscribe en la práctica cultural de transmisión oral. Da cuenta del origen de las creencias religiosas y de los conocimientos heredados. Se relaciona con la realidad y con la fantasía, con el conocimiento tradicional y con la creación ética y estética de cada pueblo. Tanto en la leyenda como en el mito, los dioses se encuentran presentes en un ámbito y tiempo fuera de la medida humana, pero se diferencian porque el mito se refiere al nacimiento , vida y acciones de los dioses que dieron origen al mundo y que fueron objeto de culto.. Así, el mito tiene proyección cosmogónica. La leyenda es menos ambiciosa , explica las particularidades de un árbol o una planta o el aspecto de un pájaro pero no detalla cómo se formó el cielo o el mar.
Guaraníes, tobas, quechuas, diaguitas, comechingones, mapuches, tehuelches y onas portan una identidad diferencial que se trasunta en este tipo de relatos.

LEYENDA DE LA PAMPA


La Maldonado
Esta leyenda es una de las más antiguas de Buenos Aires. Se origina en la época de la primera fundación realizada por don Pedro de Mendoza, cuando nuestra capital no era más que un grupo de chozas, y los españoles desembarcados de los barcos la habitaban agitándose entre la miseria, el hambre y las enfermedades.
Esta expedición estaba constituída entonces por un grupo de hambrientos donde estaban mezclados franciscanos y ladrones, escribanos y marineros, escuderos y estudiantes, asesinos y soldados.  No había qué comer, y los indios, que al principio se mostraron comprensivos y obsequiosos trayéndoles víveres, se tornaron agresivos y peligrosos, y sólo esperaban el momento oportuno para atacar y echar al mar a los intrusos que se habían apoderado de sus tierras. Los hombres se embriagaban, porque era la forma de olvidarse de ellos mismos., volvieron peleadores e iracundos; por un "quítame de aquí es pajas" se enfrentaba en lucha a muerte. Las pocas mujeres que habían venido en la expedición eran madres, esposas, amantes, enfermeras y esclavas. Y finalmente llegó la viruela y sembró la muerte.
 Este era el cuadro que presentaba el primer grupo de conquistadores que fundaron Santa María de los Buenos Aires, cuando se produjo un hecho insólito, protagonizado por una mujer: la Maldonado. Una mujer humilde recogida en los muelles de San Lúcar de Barrameda, que enloqueció del ver tanto horror, Dando gritos de espanto salió corriendo hacia la empalizada; abrió la tranquera y tomó camino de la pampa. No pasó mucho tiempo sin que dos soldados, exponiéndose a las flechas de los indios, salieran en su persecución.  El capitán pidió que la llevasen en seguida hasta la primera corriente, la ataran semidesnuda a un árbol para que las alimañas se saciaran con sus carnes maldecidas. La orden se cumple, y la Maldonado, despojada de sus ropas, es conducida hasta la orilla de un arroyo de sucias aguas, donde es amarrada a un árbol. Allí la dejaron para pasto de las fieras. La noche llegó cargada de sombras y de miedo. El viento comenzó a soplar y hacía mucho frío, Las carnes de la infortunada muchacha se endurecían y se amorataban, y para mal de ella, una llovizna helada que empezó a caer la caló hasta los huesos. Todo estaba perdido. Por un lado sus propios compañeros, que la habían abandonado, y por el otro, estaban los indígenas y las fieras, que en cualquier momento darían un zarpazo mortal. Se abandonó a su destino, implorando que Dios la llevara cuanto antes. A la mañana siguiente, cuando los soldados fueron para dar sepultura a sus restos, comprobaron que .estaba intacta; que nadie había tocado su cuerpo y que una tigresa con sus cachorros, a la que la Maldonado la ayudara a parir, estaba echada a sus pies, como queriéndole dar calor.  Pedro de Mendoza, al verla ordenó que la libertaran de las ataduras y la llevaran al fuerte con todo cuidado. Así se salvó la Maldonado de una muerte terrible. Y el arroyo, a cuya orilla estuvo atada, lleva, desde entonces, su nombre.

Maldonado a principios del Siglo pasado.




LEYENDAS DE LA SUBREGION DE CHACO

El palo santo

Hace muchísimos años, un joven llamado Cosakait, que era muy apuesto y virtuoso., se enamoró de una joven pero no fue correspondido. Finalmente se enfermó de tristeza y murió. En su lecho de enfermo pedía que viniera su amada pero ella nunca se presentó. Antes de morir dijo que el dios Yago lo llamaba pero que él iba a estar siempre con su amada, adornando su cabellera con perfumadas flores, ahuyentando insectos de su lado y perfumando el agua.. Luego de sepultarlo, todos observaron con asombro que surgía un árbol, al que llamaron cosakait, apreciado por sus aromáticas flores y perfumada madera. Profundamente apenado por el dolor del joven, el dios le concedió vida eterna en aquel árbol que luego se expandió por toda la selva, cumpliendo con las promesas del enamorado. Los tobas denominan cosakait al palo santo y lo consideran un árbol venerable por su nobleza.





Leyenda del ceibo

 En las riberas del Paraná vivía una indiecita llamada Anahí. No era linda pero su voz era hermosa y con ella cautivaba en las tardes a toda la gente de su tribu guaraní: entonaba canciones inspiradas en sus dioses y al amor a la tierra de la que eran dueños... Un día nefasto llegaron los invasores, aguerridos seres de piel blanca que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos y su libertad. La mayoría de los jóvenes de la tribu fueron puestos en cautiverio y forzados a trabajar, y Anahí no fue una excepción. Como no lograba concebir esa situación continuó llorando durante varios días. Cierto día, su centinela se había quedado profundamente dormido. Anahí entendió que se trataba de la gran oportunidad para escaparse. Sin embargo, mientras huía en silencio, él despertó. Enceguecida por lograr su objetivo, le hundió un puñal en su pecho y corrió para buscar protección en la selva. El grito del moribundo despertó a los otros españoles, entonces la persecución se convirtió en la gran cacería de la pobre Anahí. Pese a los esfuerzos de la joven para esconderse, fue alcanzada por los conquistadores, que, en venganza por el asesinato del guardián, la castigaron con la muerte en la hoguera: la ataron a un árbol y prendieron el fuego. Algo raro sucedió: las llamas parecían no querer tocar a la jovencita, que sufría sin murmurar palabra. Cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se convirtió en un árbol. Intentando convencerse los unos a los otros de que esa visión era efecto del cansancio, los conquistadores juntaron más leños para avivar la hoguera y se fueron a dormir. Al día siguiente, los soldados encontraron en lugar de las cenizas un hermoso árbol, de verdes hojas relucientes y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de la valentía y la fortaleza ante el sufrimiento: el ceibo.

El Ceibo es la Flor Nacional Argentina.


1 comentario:

  1. Espero les guste tanto como a mi. Gracias por estar y leer. Si quieren...comenten. Los quiero ♥

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